Estos cuerpos de hormigón, al estar sintonizados con la frecuencia fundamental del edificio, logran un efecto dinámico de reducción de las deformaciones. Lo cual “se logra porque la masa se opone al movimiento del edificio y lo contrarresta parcialmente con un efecto péndulo “ explica el ingeniero civil estructural y socio de VMB Ingeniería, Leopoldo Breschi.

Estos AMS reducen considerablemente el nivel de daños provocados por un sismo, lo cual quedó demostrado tras del  2010 con un excelente desempeño del edificio: cero daño en la estructura y en el contenido, aseguran los ingenieros de VMB, cuyas oficinas se encuentran en este edificio.

Adicionalmente, este edificio  cuenta con un sistema de amortiguadores viscosos de 4,26 metros y 1,1 toneladas, fabricados por FIP, la misma empresa italiana que fabricó los amortiguadores de la Torre Taipei 101, una de las más altas del mundo.

Según explicó el socio director de VMB, estos dispositivos perfeccionan el trabajo de los AMS,  reduciendo la amplitud de las vibraciones provocadas por un sismo en el edificio”.